jueves, 24 de febrero de 2011

Suzanne VENKER. Los 7 mitos de las madres trabajadoras (ed. Ciudadela)

Os copio esta excelente reseña tomada de El Confidencial (5 septiembre 2008) sobre el interesante libro de Suzanne Venkel. La portada es esta:



El timo/mito de la madre trabajadora
“Siempre digo que vengo al trabajo a relajarme. A la gente le suena mal, pero para mí son ocho horas de descanso. En casa, tengo que hacer lo que quieren los niños”. Las palabras que la socióloga Arlie Hoschild recogía en un estupendo estudio, The time bind, son utilizadas por Suzanne Venker en Los 7 mitos de las madres trabajadoras (ed. Ciudadela) para poner sobre la mesa algunas de las contradicciones entre las ideas dominantes en nuestra sociedad y la realidad sobre la que se apoyan. Para Venker, nuestra sociedad puede proclamar que hace todo lo posible por lograr una sana educación de los hijos, pero está planificada para reforzar a quienes no asumen sus responsabilidades como padres.
Y es que los grandes perjudicados del estilo de vida contemporáneo son los niños. Así, no siguen los ritmos (de comidas, de sueño, etc) que les serían necesarios, sino que viven en los tiempos que marcan los padres. Tampoco se les disciplina, bien porque no se está con ellos o bien porque, para el poco rato que se les dedica, no se quiere entrar en conflicto. “Los chicos de hoy han crecido de acuerdo a las necesidades de los padres mucho más que a las suyas propias. Siempre hemos dicho que los chicos son lo primero y que eso lleva a los padres a hacer sacrificios necesarios. Pero hoy se valora el yo por encima de todo lo demás, y muchos padres planifican su vida como si no tuvieran hijos, sin renunciar a nada”.

Aunque, además de las aspiraciones individuales, también existe una extendida presión social “que desanima a ser madre” y que transmite la idea de que la mujer es una perdedora si se queda en casa. Aunque, claro está, “esos mensajes los emiten mujeres que no se han quedado en casa cuidando a sus hijos”. Y es que los medios de comunicación suelen incidir en el estrés que produce compatibilizar la maternidad y el trabajo fuera de casa, pero no nos hablan de las consecuencias de la ausencia de la madre del hogar. “¿Te imaginas a los grandes medios dedicando espacios específicos a hablar de lo horrible que es dejar a los niños en la guardería todos los días? ¿O de lo mal que lo pasan los niños porque quieren que les cuiden sus madres y no sus niñeras? Pero eso no ocurre, lo que hace especialmente importante que la gente piense por sí misma y utilice el sentido común en lugar de hacer caso a los mal llamados expertos”.
Y es que los medios de comunicación tratan de esconder y justificar el sentimiento de culpa que produce el dejar a los hijos solos. Para Suzanne Venker “si se te rompe el corazón cuando te separas de tu hijo para ir a trabajar porque no le vas a ver en todo el día o si tu hijo llora porque no quiere que le dejes (lo que siempre ocurre, de un modo o de otro) no es culpa de la sociedad. Es tu conciencia que está intentando decirte algo”. Y es que nuestra cultura “hace un buen trabajo para tratar de aliviar la culpa, pero la culpa puede ser una cosa buena”.
Según Venker, son señales que deben ser tomadas muy en serio. Porque, cuando surgen sentimientos de ese orden, es por alguna causa. “Maria Shriver lo explicó perfectamente. Ella contaba que cuando viajaba y sus hijos eran pequeños, le consumía la culpa por no estar con ellos. Cuando dejó su trabajo y estuvo en casa con ellos, le tomaban el pelo diciéndole que no se ocupaba lo suficiente. Pero eso no la afectaba simplemente porque sabía que no era verdad. En otras palabras, no te vas a sentir culpable de algo si no hay nada de lo que sentirse culpable”.
Una de las consecuencias más habituales, y que en más ocasiones recriminan los expertos, es que para compensar esa clase de sentimientos, se suele llenar a los chicos de bienes materiales. Según Venker, “todos los chicos hoy, estén o no sus madres en casa, tienen demasiadas cosas. El problema de las madres ausentes es que malinterpretan las cosas, y parecen pensar que dando objetos dan también amor”.
No obstante, insistir en los aspectos voluntarios del trabajo de las madres supone pasar por alto que la mayoría de familias necesitan dos salarios para mantener un solo hogar. “Esto es cierto – asegura Venker- pero el problema es si usamos el dinero como una coartada. Vivimos en una sociedad que permite utilizar el “tengo que trabajar” como una excusa. Después de todo, es mucho más fácil volver al trabajo que quedarse en casa con los niños. Y a muchas parejas el segundo salario no les resulta rentable porque la mayoría de lo que perciben lo emplean pagar a alguien que le cuide los niños. Cuando te sientas y echas cuentas, a mucha gente no le sale rentable trabajar cuando sus hijos son pequeños”.

“Escribí el libro por la noche, cuando mi hija dormía”

Pero tampoco, dice Venker, está afirmando que el lugar de la mujer sea el hogar. “Las mujeres tenemos muchas facetas y siempre hemos tenido aspiraciones más allá del cuidado del hogar. La cuestión es que no se puede tener todo al mismo tiempo. Nunca he sugerido que las madres no deben trabajar o tener carreras. Lo que estoy diciendo es que, cualquiera que sean las ambiciones de la mujer, deben ser supeditadas a las necesidades del niño si se decide convertirse en madre. Por ejemplo, yo era profesora, y, en su lugar, comencé una carrera de escritora, que es más flexible”.
Lo que nos llevaría a la paradoja final, la de una mujer que insiste en que no se debe dejar a los niños al cuidado de otros y que, sin embargo, dedica los primeros años de su hija a escribir un libro. “No quiero llevar a confusión al lector ni que piense que soy una hipócrita (soy muchas cosas, pero hipócrita no es una de ellas). Cuando utilizo el término madre trabajadora en mi libro me refiero a quienes regresan al trabajo inmediatamente después de la baja por maternidad y dejan a sus hijos al cuidado de otros durante todo el día. Esto es muy diferente de las madres que se quedan en casa durante los primeros años y que vuelven a trabajar cuando su último hijo comienza el colegio”.
“Es también muy diferente de la mujer con un empleo a tiempo parcial, a menudo tan poco como unas horas a la semana. O de las mujeres que trabajan y cuyos maridos se quedan en casa. O de las mujeres que tienen negocios familiares y se llevan a sus hijos con ellos, o comparten el cuidado de los niños con otros miembros de la familia. El término madre trabajadora engloba, según el Department of Labor de EEUU, a cualquier mujer que traiga a casa cualquier salario mientras tienen hijos pequeños. Eso es una estupidez. Mis ingresos son esporádicos, en el mejor de los casos, y nunca tuve una niñera o llevé a mi niña a la guardería. Escribí este libro por la noche, cuando mi hija (he tenido desde entonces otro niño) estaba durmiendo”

1 comentario:

  1. Muy Interesante!! Felicidades, muy buen blog, con muy buena informacion.

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